El viernes pude ver "La espera, historias
del Baguazo", documental que presenta el enfrentamiento entre los pueblos
indígenas y el estado peruano el 5 de junio del 2009 pero que en realidad
aborda un conflicto que empezó mucho antes. Si queremos colocarlo en larga
duración, con la voracidad del viejo mundo por saquear los recursos de la
selva, si nos ponemos en un plano más corto con la política de Alan García por
hacer de la Amazonía un vasto campo petrolero.
Se trata de un documental bien logrado, que
presenta de modo certero la crisis abierta por el empeño del gobierno aprista
en firmar el TLC con Estados Unidos a toda costa, incluso aprobando decretos
legislativos que atentaban directamente contra los territorios de los pueblos
indígenas. Son muy bien presentadas también las posturas y discursos de cada
uno de los actores implicados; desde Santiago Manuin y su hablar pausado
explicando las razones de los awajum y wampis en la protesta, hasta la soberbia
y prepotencia de García que califica a los indígenas como salvajes que
obstaculizan el desarrollo actuando como necios "perros del
hortelano".
También el manejo del conflicto queda bien
retratado; las negociaciones fallidas, los enfrentamientos, las
responsabilidades, la impunidad entre quienes tomaron las decisiones políticas.
Y finalmente también nos muestra el dolor de quienes perdieron a quienes querían
en los enfrentamientos. Un dolor tan distinto y a la vez tan cercano, que
cuenta de la pérdida, pero también de la impotencia y nos remite justamente a
las esperas; esperas que transcienden la llegada de una persona porque
abarcan el aguardar justicia, bienestar, derechos, cosas que cuando se exigen en
el Perú aún cuestan vidas.
No me queda duda que "La espera"
debería difundirse lo más posible y que bueno que se haya repartido gratuitamente
con el diario La República, finalmente este es un ejercicio concreto de memoria y
también un aporte para nuestra construcción como país de gran diversidad
cultural. Sólo hay dos temas que me quedan rondando.
Uno la suerte de epílogo en que se repasa la
situación de varios de los protagonistas relacionados al Baguazo donde la nota
sobre Pizango expone: "Poco después
de estas grabaciones se hizo público un contrato entre Pizango y la Compañía
Petro Bras, de promesa de líder indígena su imagen cambió a facilitador de las
grandes compañías". No voy a ahondar en las responsabilidades o virtudes de Pizango
pero encontré algo fuera de lugar cerrar con este texto más aun cuando en todo
el film la figura de este dirigente es poco relevante, de hecho no se mencionó
que tuvo que salir del país a Nicaragua ni que por los hechos de Bagua afronta un juicio que hoy se
encuentra en su etapa final. Además ¿por qué remarcar que se "vendió"
a las grandes compañías? Para dejarnos con la idea de que tanto Alan García como sus propios líderes están contra la selva y a los indígenas?
y por último ¿por quién se habla y desde dónde se juzga?
Y esto me lleva al otro tema que refiere a los
distintos plantones organizados la semana pasada para conmemorar los 5 años del
Baguazo en los que nuevamente ha quedado en evidencia la distancia entre
quienes se reconocen y organizan como indígenas y quienes defienden y se solidarizan con su causa en
Lima. El día jueves 5 a las
3.00pm AIDESEP realizó un plantón frente al Palacio de Justicia al que
acudieron las organizaciones shipibas de Cantagallo y varias decenas de líderes y
pobladores indígenas radicados en Lima. El mismo jueves a las 6.00pm en el
mismo lugar fue el plantón organizado por el Frente Amplio y el sábado las
actividades culturales organizadas por la Coordinadora de Derechos Humanos a
las cuales también asistieron decenas de activistas. Al parecer cada cual tuvo
razones para no unificar en una sola actividad el rechazo a la impunidad y la
demanda de justicia para los responsables políticos de la muerte de nativos y
policías. Y creo no terminamos de comprender y superar estas razones y
desconfianzas. Más allá de las críticas válidas o no de parte y parte, no se
puede dejar de soslayar el hecho real de que el "campo popular"
nacional se encuentra todavía profundamente fragmentado. Y no podemos
conformarnos con afirmar esto como si se tratara de un lugar común más lamentándonos
de cómo unas organizaciones y otras, unos activistas e intelectuales y otros se ubican tan lejos entre sí y, sobre todo, se encuentran imposibilitados de articular discursos y acciones conjuntas. Ojala
que las siguientes conmemoraciones del Baguazo y las nuevas proyecciones del Documental “La Espera”
nos sirvan para (re) pensar con quienes y cómo se tejen las articulaciones necesarias para afirmar una plataforma amplia contra la impunidad, por la justicia y bienestar de todos y todas las que habitamos este país.
P.d. El documental "La espera; historias del Baguazo" ya está en youtube, sólo hay que
hacer clik aquí: https://www.youtube.com/watch?v=r1h4w-cICBc&list=PLzyPMdnYqXp7SNDyMY4f2KaA9_PP3YmOs